1 A los 17, te quedas embarazada. Pensabas que con la “marcha atrás” no iba a ocurrir… En fin, fue un error de juventud. El progenitor no es tu novio, no quieres que este chico entre definitivamente en tu vida. ¿Qué vas a hacer?
a. Decides abortar. En Francia, una menor de edad puede tomar esta decisión sola. En España también era el caso hasta el año 2015, pero ahora necesitas la autorización de por lo menos uno de tus dos padres. Si abortas, volverás al principio y te podrás olvídar este episodio. (a menos que vuelvas a hacer un 1 en el dado)
b. Decides seguir adelante con el bebé, porque estás en contra del aborto o por cualquier otra razón. Serás madre adolescente. Tira un dado.
2 En segundo año de bachillerato, no estudiaste lo suficiente y suspendiste muchas asignaturas. Además, abusaste del alcohol en más de una ocasión. Pero bueno, lo mismo que muchos chicos y chicas de tu clase, tampoco eres la más fiestera (ni la menos, hay que reconocerlo). En fin, poco importan ahora las excusas, repites curso… ¿Cómo te planteas el año que viene?
a. No muy diferente que el año anterior. Esta vez crees que será más fácil, tampoco estás muy lejos del nivel exigido, con un poco de esfuerzo en el último momento lo lograrás. Te gusta la vida que llevas y no quieres renunciar a salir de vez en cuando. Procurarás no pasarte de la raya, nada más.
b. Esto te ha servido de aviso. Decides cambiar, ser más seria y estudiar de verdad. Tira un dado
3 Te remangaste cuando debías, te pusiste a estudiar lo suficiente para conseguir el bachillerato primero y luego, los años siguientes, empezaste a adquirir buenos hábitos de estudio. Lograste por fin un título universitario. Cursaste filología porque te gustaba y también porque ahí estaban tus mejores amigas. No lo hiciste pensando demasiado en salidas profesionales y ahora que estás acabando la carrera, te das cuenta que aparte de profesora de secundaria, no existen muchas opciones. Te pones a opositar… Es muchísimo esfuerzo y dedicación, horas y horas de estudio pero al final consigues una nota que te permite entrar en una bolsa de sustituciones. Empiezas a trabajar a los 25 o 26 años, para cubrir una baja durante unas semanas en un pueblo a cien kilómetros de tu casa. Para tu segunda sustitución te toca un pueblo más cerca y por más meses. La realidad de la enseñanza es muy frustrante, hay que dedicar muchas horas de trabajo en casa para preparar las clases y corregir exámenes para lograr poco resultado. Los alumnos apenas escuchan tus explicaciones, no atienden, lo único que quieren es aprobar sin esfuerzo… El primer año te cuesta sobrevivir y te sientes tocada anímicamente. Pero poco a poco, empiezas a adquirir experiencia y a coger confianza. A los 28 años, opositas de nuevo y es particularmente difícil, pues tienes que compaginar el trabajo con el estudio, apenas tienes vida propia, pero lo logras y eres interina, con plaza vacante. Aún te queda un último escalón para ser funcionaria, pero ya tienes un pie y medio en la profesión. Ahora tienes 30 años.
4 Querías ser mecánica, pero no te ha ido muy bien. Había muchos pasotas en tu clase, tú eras la única niña y no estabas muy bien integrada. Te hartaste de escuchar cada día los mismos comentarios machistas, las mismas bromitas de mal gusto… Bullying de baja intensidad que te acaba quemando… Al final, perdiste la motivación y saliste del instituto con lo mínimo: el graduado de la ESO, pero nada más. Empezaste a trabajar bastante joven, pero no tenías ningún diploma y lo único que encontrabas eran trabajos eventuales: camarera, repartidora de propaganda, canguro… Seguiste viviendo en casa de tus padres hasta los 28 años, no ganabas lo suficiente para poder alquilar un piso y emanciparte. Durante años te sentiste agobiada, deprimida, con la sensación de no tener vida propia.
A los 28 años, entras de cajera en un supermercado. Un trabajo agotador por poco más del sueldo mínimo, pero por lo menos, es un trabajo fijo que te permite intentar tener una vida independiente fuera de la casa de tus padres. Ahora tienes 30 años.
5. En cuanto empezaste la FP te diste cuenta de que eras la única chica en tu clase. Es muy poco frecuente ver chicas fontaneras, electricistas, soldadoras, o mecánicas como tú… Tuviste que tragarte los comentarios machistas de tus compañeros pero al final, lograste el título. Fue complicado también hacer prácticas, los jefes no daban crédito: ¡nunca habían visto a una chica con el mono en sus empresas! Te costó hacerte un hueco en la profesión, tardaste más que los demás compañeros, no sabes exactamente la razón: ¿por qué ellos tenían familiares en la profesión que les podía enchufar o por qué ellos eran hombres y tú mujer? Probablemente no lo sepas nunca. Has estado trabajando en ETTS, de obra en obra, durante unos diez años alternando meses de trabajo intenso y periodos de paro. Por fin un día una taller automóvil en el que hiciste unas prácticas te vuelve a llamar para proponerte un contrato fijo. Aceptas, bastante ilusionada, porque siempre te sentiste cómoda en aquella empresa y porque el sueldo, aunque no muy alto, te permitirá salir por fin de la casa de tus padres, alquilar un piso y emanciparte. A los 30, ya era hora.
6. No sacaste nota para ingeniería y cursaste otra carrera. Ahora que la estás acabando, te das cuenta que aparte de la enseñanza, no hay mucha opción. Así que te pones a opositar para ser profesora de matemáticas en secundaria… Es muchísimo esfuerzo y dedicación, horas y horas de estudio pero al final consigues una nota que te permite entrar en una bolsa de sustituciones. Empiezas a trabajar a los 25 o 26 años, para cubrir una baja durante unas semanas en un pueblo a cien kilómetros de tu casa, la segunda vez, te toca más cerca y por más meses. La realidad de la enseñanza es muy frustrante, mucho trabajo en casa para preparar las clases y corregir exámenes para poco resultado. Los alumnos apenas escuchan tus explicaciones, no atienden, lo único que quieren es aprobar sin esfuerzo… El primer año te cuesta sobrevivir y te sientes tocada anímicamente. Pero poco a poco, empiezas a adquirir experiencia y a coger confianza. A los 28 años, opositas de nuevo y es particularmente difícil, pues tienes que compaginar el trabajo con el estudio, apenas tienes vida propia, pero lo logras y eres interina, con plaza vacante. Aún te queda un último escalón para ser funcionaria, pero ya tienes un pie y medio en la profesión. Ahora tienes 30 años.
7. Entraste en una ingeniería. Tuviste que mudarte a un piso de estudiantes a los 18 años, porque la carrera que te interesaba sólo se podía cursar en otra ciudad. Costó bastante dinero a tus padres financiarte pero no les defraudaste, después de cinco años de esfuerzo, horas y horas de estudio, sacaste el título y finalizaste la carrera. Sin embargo, al año siguiente, hubo que hacer un máster, unas prácticas en el extranjero, otras en una empresa… Desde que tienes el título, no paras de trabajar gratis y tus padres han gastado muchísimo dinero por ti. Te das cuenta que la mayoría de tus compañeros son de familias pudientes, los hijos de la clase media cómo tú tiene más dificultad para seguir este ritmo y las becas no cubren todos los gastos.
Por fin firmas tu primer contrato, casi diez años después de entrar en la universidad. No es fijo, pero en esta profesión todo es muy fluctuante… El sueldo no es tan alto, apenas dos veces el sueldo mínimo, más o menos lo que gana un profesor de secundaria y debes trabajar más de 60 horas a la semana. Pero es difícil comparar, también existen incentivos y posibilidad de promoción… En general, tus compañeros de promoción han encontrado trabajos mejor pagados que tú, pero tampoco sabes si ha influido el hecho de ser chica o el hecho de no conocer a nadie que te enchufara en alguna empresa. Tienes 30 años y empiezas a trabajar de verdad…
8. No quisiste abortar, a pesar de lo que te decían en tu entorno (amigas, familiares) y das a luz con 17 años. Tu relación con tu madre empeora a las pocas semanas después del parto. Ella te reprocha tu falta de responsabilidad frente a tu maternidad, tú piensas que ella es una mandona y una egoísta, que no te ayuda con el niño cómo ella te lo había prometido. A diario tienes discusiones con ella pero aguantas como puedes, no tienes otra opción. Dos años más tarde, coincidiendo con la entrada de tu hijo en la escuela infantil, empiezas a buscar trabajo. Encuentras un empleo de camarera que te permite marcharte de casa para vivir en un piso compartido. Rompes toda relación con tus padres, dejas tus estudios y te independizas.
Tu trabajo de camarera sólo dura un año, luego enlazas con todo tipo de trabajo eventual y mal pagado, alternando con largos periodos de paro. Sigues enfadada con tu madre… Mientras tanto, tu hijo crece y te das cuenta que no lo estás educando de la mejor manera posible: lo dejas demasiado tiempo sólo delante de la pantalla del televisor, no siempre respetas sus rutinas, su necesidad de sueño, no se alimenta de manera muy sana, a veces lo sobreproteges y a veces lo descuidas, te falta constancia… La realidad es que tú misma te sientes un poco deprimida, tu porvenir es muy incierto, tu vida muy precaria y lo reconoces tú misma: no eres bastante madura para tener tantas responsabilidades.
Ahora tienes 23 años. Desde hace tres meses, trabajas de cajera en un supermercado. Cobras muy poco, sólo el sueldo mínimo, pero lo puedes combinar con ayudas estatales por ser familia monoparental, y puedes permitirte vivir sola con tu hijo en un piso de alquiler. ¿Qué vas a hacer?
a. En tu nuevo trabajo hay un jefe de sección que intenta ligar contigo. Es un poco prepotente a veces, un poco sexista, pero es divertido y en el fondo, crees que es una buena persona. Dice que está muy enamorado de ti, que si te casas con él no tendrás que preocuparte más por tu porvenir, ni tendrás que seguir trabajando. Aceptas salir con él. Si esta es tu opción tira un dado.
b. Piensas que este nuevo trabajo es una buena ocasión para centrarte y salir de la depresión. No cambias de rumbo pero decides ser más constante y más responsable.
c. Te intentas reconciliar con tu madre. Tira un dado: si obtienes un 1,2 o 3, no lo logras y tienes que elegir la opción a o b. Con un 4 o + pincha en el enlace correspondiente.
9 Decididamente, te gusta la juerga. Tomas alcohol, fumas porros, de vez en cuando una raya de coca o éxtasis para poder seguir la fiesta hasta la madrugada. Los fines de semana empiezan los miércoles y acaban los domingos por la noche. Cuando no tomas nada, te duele la cabeza y te sientes muy irritable… La relación con tus padres empeora cada día. No vas instituto, ellos amenazan con echarte de casa. Por fin, un día, aceptas la evidencia, estás enganchada a las drogas, pero ya es tarde, no logras dejarlo. La vida sin ninguna droga te parece muy insulsa, caes en una profunda depresión.
Tira un dado. Solo lograrás desengancharte con un 4 o más, después de varios años. A los 28 años, entras de cajera en un supermercado. Un trabajo agotador por sólo el sueldo mínimo, pero por lo menos, es un trabajo fijo que te permite intentar tener una vida independiente fuera de la casa de tus padres.
10. Tienes 30 años, Casi 15 años pasaron desde que te planteaste por primera vez tu futuro. El tiempo ha pasado, te has acercado al mundo laboral, has trabajado… Pero aún no se puede decir que te hayas hecho “un hueco” definitivo en la sociedad. Alrededor tuyo, te das cuenta que la mayoría de la gente de tu quinta vive la misma realidad: es cada vez más difícil convertirse en adulto independiente. Incluso uno se pregunta si el contrato indefinido no es una cosa del pasado, si no tendremos que vivir todos con la espada de Damoclés del paro encima de la cabeza durante toda la vida.
Este contexto de precariedad generalizada, de crisis permanente del empleo afecta a toda tu generación. Sin embargo, globalmente, las mujeres padecen más que los varones esta situación. Las profesiones muy masculinazadas, que suelen ser también las mejores pagadas, son de más difícil acceso a las chicas… Pero aún a los 30 años, esta desigualdad entre sexos es sutil. La brecha empieza a agrandarse y hacerse evidente más tarde, cuando se trata de compaginar vida profesional y familiar, y a la hora de la promoción dentro de las empresas, existe a menudo un “techo de cristal” que impide a las mujeres subir en las jerarquías.
Algunas profesiones implican más desigualdad que otras. La función pública parece la mejor vía, la más segura, la que genera más igualdad y más respeto por la conciliación… Pero hay mucha gente que opta por estos empleos y poca plaza.
Tienes 30 años y eres soltera… Hay un chico en tu vida, o mejor dicho, tú puedes decidir si entrará o no… No sabes si tu vida profesional se verá afectada si de repente tuvieras un hijo. Seguramente todo se vuelva mucho más complicado. En estas circunstancias, es lógico que en Europa haya cada vez menos niños y que la gente los tenga cada vez más tarde, a los 30 o incluso a los 40. En fin, vas a decidir los próximos 10 años de tu vida. ¿Qué vas a hacer?
a. Intentar compaginar vida familiar y profesional. No quieres renunciar a tu trabajo y a la vez, te gustaría ser fundar una familia, ser madre. Tira un dado.
b. Prefieres renunciar a trabajar, por lo menos momentáneamente, ser ama de casa y tener unos cuantos niños.
c) Quieres seguir adelante con lo que estás haciendo, sin novio ni hijos.
d) Quieres migrar a Alemania. Tu suerte dependerá en parte de tu nivel de estudios.
11. Tienes dos hijos, pero en cuanto nació el segundo, los problemas de comunicación con tu pareja se agrandaron y decidisteis divorciar, como una pareja de cada 3 en tu país.
El proceso de separación es algo tenso, pero la justicia actúa rápidamente, y el juez tarda poco en dictar sentencia: tienes la custodia de los niños (en España, en el 71% de los casos la custodia recae en la madre), tu ex marido tiene a los hijos un fin de semana de cada dos y debe contribuir a su mantenimiento con una pensión. Estás aliviada, porque estos últimos años no te sentías feliz con tu pareja. Sin embargo, ahora compaginar tu vida laboral y personal se ha vuelto más complicado aún. Pincha en el enlace que corresponde a tu realidad
13. Durante 10 años, has tenido que compaginar un trabajo difícil y mal pagado con el cuidado de tus hijos, y has estado absolutamente sola para hacer frente a toda esta situación. Tu vida ha sido especialmente dura, estresante, más de una vez estuviste a punto de tirar la toalla, pero era imposible, no te podías permitir el lujo de caer en una depresión, tus hijos te necesitaban.
Ahora que tienes 45 años, tus hijos son un poco más mayores y no necesitan tanto cuidado. Sin embargo, te das cuenta de la poca gratitud de los que te rodean: tus hijos te parecen bastante egoístas, te piden móviles, ropa de marca y otros lujos que no puedes pagar, peor aún, notas a veces que se avergüenzan de ti. Tus padres están envejeciendo y empiezan ya a ser una carga más que una ayuda, te das cuenta que en todos estos años no tuviste ninguna vida social y has perdido tus amistades. En cuanto al trabajo, están hablando de modernización de la empresa, de reajustes de plantilla. Tus jefes tienden a infravalorar al personal mayor de 40 años, sobre todo femenino. Temes por tu futuro.
14: Ha sido muy difícil compaginar tu profesión con la educación de tus hijos y a menudo te has sentido muy sola. Los primeros años, te pareció una locura, no dabas abasto y estuviste a punto de caer en una depresión, pero poco a poco te acostumbraste a estas nuevas realidades y los niños al crecer reclamaban menos dedicación. Menos mal que, a nivel económico, no tuviste grandes dificultades, pudiste pagar canguros y guardería de vez en cuando para salir del paso... Ahora tienes 45 años, tus hijos son adolescentes y puedes disfrutar un poco más de tu tiempo personal. Notas que has perdido calidad de vida comparando con gente que no ha tenido hijos.
15: Tu situación personal y familiar resulta ser un verdadero obstáculo para poder desempeñar correctamente tu papel profesional. En tu empresa, tienes muchas responsabilidades, a menudo tienes que hacer horas extras que no estaban previstas, viajar por negocio, asistir a reuniones y congresos… Trabajas fácilmente más de 50 horas a la semana y a la vez, tienes que ocuparte de tus hijos pequeños… Estás en estado de estrés permanente, no das abasto… Además te das cuenta que no puedes hablar de tu situación en tu trabajo, está muy mal visto quejarse de sus horarios o hablar de conciliación. La única vez que mencionaste tus problemas familiares, te contestaron que ya sabías de antemano la dedicación que supone ser ingeniera, que siempre puedes renunciar a tu puesto, que hay miles de personas que sueñan con estar en tu lugar. Menos mal que ganas bastante dinero, así puedes contratar a una nanny que se ocupa de los niños mientras trabajas, pero a veces te preguntas si esto es la vida que de verdad querías… ¿qué vas a hacer?
a. Renuncias a esta vida que te acapara tanto tiempo y decides opositar y convertirte en profesora de matemáticas.
b. Quieres seguir adelante con tu trabajo. Los niños se volverán mayores y no tendrás tanta dificultad más adelante.
16. Eres ama de casa, decidiste en su momento dejar de trabajar para ocuparte de tus dos hijos. Por un lado, tu situación es bastante más relajada que otras mujeres que siempre están corriendo para poder compaginar vida profesional y familiar, pero existe otro problema bastante importante: dependes económicamente de tu marido. Puede ser que pienses volver a trabajar dentro de unos diez años, cuando tus hijos sean mayores, sin embargo sabes que es difícil para una mujer de más de 40 años encontrar trabajo y por otro lado, no sabes si, con una interrupción larga en tu vida laboral, tendrás bastante años cotizados para disfrutar de una jubilación en condiciones, dentro de unos veinticinco años.
Tira un dado.
17. Decidiste seguir con tu vida, sin novio ni cargas familiares.
Si eres profesora ->
Si eres cajera, puedes decidir seguir trabajando en el supermercado o intentar montar un pequeño negocio propio. en ambos casos lanza un dado.
Si eres mecánica, puedes decidir seguir trabajando en la misma empresa, o puedes decidir ser autónoma y montar un negocio. Elige tu opción, tira un dado y pincha en el enlace correspondiente.
Si eres ingeniera, nada te impide trabajar a destajo, acumulando horas extraordinarias, viajes de negocios, reuniones… Comprueba si existe el techo de cristal en tu empresa.
18: Tienes 40 años y eres ama de casa, casada con un hombre que quieres y con dos hijos. Una familia humilde, y a pesar de todo, un matrimonio “feliz”.
Ahora, los niños son un poco más mayores y tienes un poco más de tiempo, tal vez sea el momento de volver a trabajar, para seguir activa y también, un poco de dinero en casa no vendría mal. Si quieres trabajar, tira un dado y pincha en el resultado. Si quieres seguir igual, no tires ningún dado.
19: Después de varios años de depresión y drogodependencia, un día sufres un accidente de tráfico. Conducías bajo los efectos de una sustancia (alcohol o antidepresivos) y no tuviste bastante reflejos para evitar un obstáculo que había en la carretera y frenar a tiempo. Te mueres en el instante, muy joven, a los 33 años.
FIN
20. Tienes 40 años y eres ama de casa, tienes dos hijos y tu marido tiene un buen trabajo. Un matrimonio “feliz”, por lo menos, sin grandes sorpresas y una vida cómoda. Ahora, los niños son un poco más mayores y tienes un poco más de tiempo, tal vez sea el momento de volver a trabajar, para seguir activa sobre todo, porque no os hace falta dinero, aunque siempre viene bien un dinero extra para un viaje o los estudios de los niños, o para comprarse una residencia secundaria. Pero tal vez quieras seguir igual. Lanza un dado. Si haces 1, pincha en el enlace correspondiente. Con cualquier otro resultado, decide si quieres o no trabajar y pincha en el enlace correspondiente.
21 Durante una década, ejerces de profesora de secundaria. Te gusta tu trabajo y aprovechas tus vacaciones para viajar y dedicarte a tus aficiones. No ganas una fortuna, pero no tienes nadie a cargo y tienes seguridad del empleo. Te sientes feliz y autorrealizada. Tira un dado y vete al párrafo correspondiente.
22. Hay un plan de reajuste en tu empresa y te echan del trabajo, sin apenas indemnización. Buscas un nuevo trabajo pero van pasando los meses y no consigues nada. A los 32 años tienes que volver a casa de tus padres. Sientes que estás echando a perder tu juventud y temes por tu futuro… ¿Qué vas a hacer?
a. Hay un chico que tiene un trabajo fijo y que está enamorado de ti. Es buena persona. Te casas con él y te conviertes en ama de casa.
b. Decides ser autónoma y montar un pequeño negocio, relacionado con el sector automóvil. Tira un dado y pincha en el enlace correspondiente.
c. Quieres seguir buscando trabajo. Crees que no tuviste suerte por el momento pero que si insistes, lo lograrás. Tira un dado.
23. Eres mileurista pero no te va tan mal. Vives con lo justo, pero por lo menos te sientes libre, sin ataduras ni niños, ni marido… Tienes un contrato fijo y te preguntas si deberías comprar un piso en vez de alquilar, como ahora. Pero viendo el precio del mercado inmobiliario, tienes dudas. Para que sea factible, tendrías que comprar un piso aún sin contruir, sobre planos ¿Qué vas a hacer?
24. Tu negocio es una franquicia de una gran multinacional. La empresa que te contrata es muy exigente y te deja unos beneficios muy escasos, apenas de qué vivir cada mes, y no das abasto. No ves cómo puedes prosperar con esto. ¿Qué vas a hacer?
a. Seguir así, esperando que la suerte cambie.
b. Intentar buscar un trabajo de asalariada -> tira un dado y pincha en el enlace que corresponde.
c. Lo dejas todo y te casas con un viejo amigo de la infancia. No sientes una pasión desbordante pero lo conoces muy bien y es un buen hombre.
25. Diriges una pequeña empresa relacionada con la reparación y venta de automóviles de segunda mano. Te va bien pero no respiras ni un momento. Llegas a los 45 años, ganas bastante bien tu vida, has ahorrado bastante dinero, aunque sabes que una vez llegado a la edad de la jubilación, no vas a cobrar pensión.
a. Decides invertir comprando unos apartamentos en una zona turística costera, y alquilarlos a turistas durante la temporada de verano. Puede ser una buena fuente de ingresos y puedes seguir con este negocio una vez jubilada. Tira un dado y pincha el enlace correspondiente
b. Seguir así. Tu casa es de tu propiedad y en un principio tienes suficiente para tu vejez.
26. Trabajas en un taller de reparación automóvil. Estás en un mundo muy masculinizado, y lo notaste bastante, sobre todo al principio. Parece que tenías que dar pruebas constantes de tu valor, que tus compañeros no confiaban en tus posibilidades, por ser una chica. Pero poco a poco demostraste que valías y te has hecho un hueco en el taller. Sin embargo, no tienes mucha seguridad del empleo, el taller no genera grandes beneficios, año tras año el dueño habla de reducir la plantilla durante el verano... ¿Qué te deparará el futuro?
Tira un dado. Con un resultado de 5 o 6, tienes posibilidad de hacerte con la empresa de mecánica de tu jefe, pero puedes rechazar la oferta y pinchar en el enlace "resultado 3 o 4" para seguir siendo asalariada.
27. Tienes 45 años, te acaban de desahuciar porque no podías pagar el alquiler de tu casa. Hasta ahora, tu vida ha sido bastante caótica, a nivel laboral, estuviste en estado permanente de precariedad y los últimos años, no tenías absolutamente nada para sobrevivir. A nivel personal y familiar tuviste muchas decepciones… Y ahora, a la hora de la verdad, te encuentras sola, sin ningún apoyo por parte de nadie. Si tuviste novio o marido, se marchó. Si tuviste hijos, ahora son mayores y no pueden (o no quieren) echarte una mano. Lo mismo ocurre con tus amigas, al filo de los años, perdiste tus contactos, también llevas años con una media depresión que te impide relacionarte con los demás.
28. Eres ingeniera, y acabas de cumplir 45 años. Has logrado compaginar trabajo y familia, pero a costa de tu tiempo personal, -has sacrificado mucho para tu vida laboral y te das cuenta que al final no has prosperado tanto como otros compañeros (todos varones) que no tuvieron estas ataduras. Te has perdido viajes, congresos, proyectos interesantes y no lograste la promoción que tanto querías. Pero tampoco te vas a quejar, aún así estás ganando bastante dinero. Ahora tus hijos son mayores, eres disponible y puedes darlo todo. Normalmente, si te involucras a partir de ahora, puede que logres ascender en tu empresa... A menos que exista un techo de cristal que impide a las mujeres ser altas directivas... No lo sabes bien, sólo hay una mujer en el consejo de administración, pero es la hija del director.
Si quieres subir en la jerarquía tira un dado (si en algún momento de tu vida te han mencionado algún problema importante de salud, añade 2 puntos al resultado):
Pero tal vez no quieras trabajar tanto y seguir así, disfrutando de una vida equilibrada. Tira un dado.
Tal vez, con el dinero ahorrado, además de tu trabajo, quieres invertir comprando un par de apartamentos en la playa, para poder alquilarlos en verano a turistas. Si esta opción te interesa, tira un dado para saber como ha ido tu inversión
29: En vuestra familia, con un doble sueldo, vivís bastante bien, con un buen colchón. A veces ha sido difícil compaginar vida laboral y familiar, pero mas o menos lo lograste. Gracias a tu madre ¿qué sería del trabajo femenino en este país sin los abuelos? A medida que los años pasan, los hijos crecen y tienes más tiempo libre. ¿A qué quieres dedicarte a partir de tu 45 años?
Te gustaría invertir dinero comprando chalés en la playa y alquilándolos a turistas, además de tu trabajo. Si te interesa tira un dado y pincha en el resultado.
Te gustaría seguir así y disfrutar de tu madurez : hacer viajes, por ejemplo
Piensas que es el momento de involucrarse en algo que te apasiona : vida asociativa, política, alguna actividad cultural o artística...
30: Te has marchado para probar suerte en Alemania. Había una oferta de empleo en tu sector, pero por desgracia, solo por un mes. Después de esto, no has encontrado nada y además todo es muy caro y no dominas el alemán. Si quieres probar suerte tienes que aprender el idioma, y esto significará esperar en el país unos cuántos meses antes de poder integrarte. Te sientes un poco sola, aunque tus compañeras de piso (todas españolas) son muy majas. Ahora es octubre, te esperan largos meses de frío y precariedad... ¿Qué vas a hacer?
31: Te has marchado para probar suerte en Alemania. Había una oferta de empleo en tu sector, pero por desgracia, solo era por un mes. Después de esto, no has encontrado nada y además la vida es muy cara y no dominas el alemán. Si quieres probar suerte tienes que aprender el idioma, y esto significará esperar en el país unos cuántos meses antes de poder integrarte. De todos modos, te das cuenta que la oferta de empleo para extranjeros sin diplomas es muy limitada y mal pagada: limpieza, cuidados de niños o ancianos, camarera... No hay mucho más. Te sientes un poco sola, aunque tus compañeras de piso (todas españolas) son muy majas. Ahora es octubre, si te quedas te esperan largos meses de frío y precariedad... ¿Qué vas a hacer? Si quieres seguir intentándolo, tira un dado y pincha en el resultado. si decides volver a casa, no hace falta tirar el dado. (y no vuelva a elegir viajar)
32: Ahora tienes 45 años. Llevas trabajando toda la vida, sin embargo no has logrado ahorrar nada. Te quedan aún más de 25 años para pagar tu hipoteca, un apartamento humilde de un barrio popular... No te puedes permitir grandes lujos, no tienes coche, no te vas de vacaciones a ningún sitio, tú eres "mileurista" de toda la vida. Lo justo para llegar a fin de mes, a veces ni siquiera. Pero tampoco has necesitado nunca la caridad de nadie, te valiste siempre por ti misma y saliste adelante con lo que tenías, y esto te enorgullece. Si tuviste hijos, ya empiezan a ser mayores y no son tanta carga, dentro de unos años ya volarán por sus propias alas. Calculas que habrás cotizado bastante para obtener la pensión completa cuando te jubiles, pero es poca cantidad... ¿Cómo ves tu porvenir?
Te sientes un poco sola. ¿Que tal vivir en pareja? Las experiencias que tuviste no fueron muy buenas, pero tal vez, con el tiempo, estás más abierta a una relación, y tengas más criterio para elegir al hombre que te convenga..
Te apetece montar un negocio. Una gran multinacional del sector moda y confección está asesorando a gente como tú para abrir puntos de venta en el barrio. Pides un crédito en el banco y te lanzas en esta aventura. .
También puedes decidir seguir así. Te sientes bastante feliz, ¿por qué cambiar?
33: Tienes 43 años. Llevas ya mucho tiempo siendo profesora. Te gusta tu trabajo, aunque cada año se vuelve más complicado, los alumnos de hoy día son más disruptivos y menos atentos que cuando empezaste en la profesión. Durante una década, tuviste que compaginar el cuidado de los niños y el trabajo, una vida algo estresante pero muy llena... Ahora los niños son mayores, tienes más tiempo para ti. Puedes hacer lo que quieras, por ejemplo juntarte con una nueva pareja si eras divorciada o hacer nuevos proyectos, aparte del trabajo. Harás lo que tú te propongas, eres dueña de tu vida, no dependes de nadie, eres parte de la “clase media” incuso confortable, con seguridad en el empleo. ¿Cómo ves tu porvenir?
Te gustaría invertir comprando algún apartamentos en la playa y alquilarlo a turistas. Si eliges esta opcíon, tira un dado y pincha en el resultado.
Crees que es el momento para involucrarse en un tema que te apasiona : vida asociativa, creación artística, política..
Seguir así, disfrutar del tiempo. Viajar, pasarlo bien, guardar algo para ayudar a tus hijos en caso de necesidad.
.
34: Tienes 50 años. Los niños han ido creciendo, la mayor está estudiando fuera - os ha costado bastante financiar sus estudios-, el segundo aún está en casa, pero no lo tienes que cuidar como antes, ahora tienes muchísimo más tiempo para ti. Te aburres, de vez en cuando los días se hacen largos. Te gustaría cambiar tu rutina, pero no tenéis dinero para viajes ni grandes extras, y tu marido no para de trabajar a destajo. Tú lo intentaste, en su momento, pero el mundo laboral es muy difícil para una mujer mayor como tú y no encontraste ningún empleo interesante. Cuando piensas en el futuro, sabes que por lo menos en tu hogar habrá una pensión, bastante modesta, pero suficiente... Una sola pensión, la de tu marido, tú no cobrarás nada... Más que nunca, te das cuenta que dependes completamente de tu esposo. Menos mal que os queréis, en este sentido tuviste suerte. ¿Pero si le pasara algo a tu marido en el futuro? ¿Podrías vivir sola?
¿Qué vas a hacer en la próxima década?
a. Te apetece montar un negocio. Una gran multinacional del sector moda y confección está asesorando a gente como tú para abrir puntos de venta en el barrio. Pides un crédito en el banco y te lanzas en esta aventura.
b. No te vas a lanzar en grandes aventuras, sobre todo económicas, a estas alturas. Básicamente, vas a seguir viviendo igual y si te aburres, intentarás llenar tu día a día con pequeñas cosas: juntarte con tus amigas, leer más, hacer running, cuidarte, etc. Tira un dado y pincha en el enlace correspondiente
35: Tienes 50 años. Los niños han ido creciendo, la mayor ha ido a estudiar fuera. El segundo aún está en casa, pero no lo tienes que cuidar como antes, ahora tienes muchísimo más tiempo para ti. Vives en una buena casa, vuestra familia tiene todo lo suficiente e incluso presupuesto para gastos extras y algo de ahorro... Todo va bien, tu marido te quieres, sois una familia feliz, pero tú empiezas a aburrirte. No siempre, pero de vez en cuando te sientes sola. Tu marido trabaja a destajo, solo lo ves por la noche. A menudo, te sientes inútil y completamente dependiente de tu esposo. En su momento buscaste un empleo, pero no encontraste nada interesante, el mundo laboral es de difícil para una madre que tiene que compaginar con hijos pequeños, y una vez que son mayores, te dicen que eres demasiado vieja. En fin, ¿cómo te planteas la próxima década?
a. Tienes una idea de negocio: con el dinero ahorrado, vais a comprar dos apartamentos en la playa y alquilarlos a turistas. Ocupará tu tiempo y además será una inversión que te puede hacer ganar bastante dinero. Si te interesa, tira un dado y pincha en el resultado.
b. No te vas a lanzar en grandes aventuras, sobre todo económicas, a estas alturas. Básicamente, vas a seguir viviendo igual y si te aburres, intentarás llenar tu día a día con pequeñas cosas: juntarte con tus amigas, leer más, hacer running, cuidarte, etc. También salir más y viajar con tu marido.
36: Tienes 43 años. Llevas muchos años siendo profesora. Te gusta tu trabajo, aunque cada año se vuelve más complicado, los alumnos de hoy día son más disruptivos y menos atentos que cuando empezaste en la profesión. Pero esta profesión te conviene, tienes vacaciones y el sueldo, sin ser una maravilla, te permite vivir confortablemente y sobre todo, te da mucha seguridad. Tú siempre has vivido sola y no te arrepientes, aunque a veces te preguntas si la soledad no te va a pesar cuando te jubiles... Pero, quedan aún por lo menos 20 años, no quieres pensar en estas cosas por ahora. ¿Cómo te planteas el porvenir?
¿Que tal vivir en pareja? Las experiencias que tuviste no fueron muy buenas, pero tal vez, con el tiempo, estés más abierta a una relación, y tengas más criterio para elegir al hombre que te convenga..
Te gustaría invertir comprando algún apartamento en la playa y alquilarlo a turistas. Si eliges esta opcíón, tira un dado y pincha en el resultado.
Crees que es el momento para involucrarse en un tema que te apasiona : vida asociativa, creación artística, política..
Seguir así, disfrutar del tiempo. Viajar, salir, pasarlo bien, etc. tira un dado y pincha en el resultado
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37: Tomaste una excelente decisión cuando montaste tu negocio propio.: una pequeña tienda de recuerdos para turistas en el casco histórico. Desde el principio, todo te ha ido muy bien, aunque el alquiler del local era caro, tenías mucha clientela. Seleccionaste con cautela los productos que vendías, eras muy buena atendiendo a los turistas y aprendiste sobre la marcha a hablar inglés e incluso algo de francés y alemán. ¡Tú que suspendías idiomas en el instituto!
A los 40 años, -con 15 años de experiencia-, tienes oportunidad de invertir dinero en un proyecto inmobiliario. Se trataría de comprar unos apartamentos en la playa y alquilarlos a turistas. ¿Te lanzas en el negocio? Lanza un dado y mira el resultado de tu inversión
Pero tal vez no te quieras arriesgar y tus objetivos son otros: últimamente te das cuenta que a parte de trabajar, no haces gran cosa con tu vida, y te sientes un poco sola. Hay un hombre que te gusta y decides vivir en pareja, y por qué no tener un hijo, con 40 años es habitual en tu país. Seguirás con tu negocio, pero con más tranquilidad:
No te apetece vivir en pareja, pero tampoco quieres arriesgar dinero comprando pisos. Sigues con tu tienda de toda la vida, no cambias nada.
38: Tienes 45 años. Montaste una empresa, pero no resultó ser lo que pensabas. Trabajas a destajo y apenas sacas beneficios. Es una franquicia para una gran marca, son muy exigentes y apenas te dejan gestionar a tu manera. Eres autónoma, aunque en realidad, es como si fueras asalariada, pero sin la protección que supone tener sueldo y convenio colectivo. Cuando enfermas, por ejemplo, pierdes dinero. Cuando piensas en el porvenir, no sabes si llegarás a cobrar una pensión decente, te quedan aún diez años para pagar tu piso... Y además te sientes muy sola, no tienes familia, pero tampoco tienes tiempo para ti... En realidad no haces más que trabajar. Te deprimes un poco. ¿Cómo planteas el futuro?
Vas a declararte en quiebra y volver a buscar un empleo. Tu trabajo actual no te conviene.
¿Que tal vivir en pareja? Las experiencias que tuviste no fueron muy buenas, pero tal vez, con el tiempo, estás más abierta a una relación, y tengas más criterio para elegir a la persona que te convenga. Tira un dado y pincha en el resultado.
Seguirás así. Aunque tu trabajo actual no te convenga, intentarás sacarle el mejor provecho. Si eliges esta opción, tira un dado y pincha en el resultado.
39. Un día, en una revisión médica de rutina, te detectan un ganglio en el pecho. Tienes cáncer de mama y solo tienes 40 años. Es el cáncer más común entre las mujeres, y tiene en tu país una tasa de supervivencia alta, superior al 90%. El problema es que, en tu caso, el tumor está en un estado algo avanzado y todo es un poco más complicado.
Te enfrentas al reto con resignación y valentía. Tira un dado y pincha en el enlace que corresponde a tu caso. Con un resultado de 4 o más, cinco años después, el cáncer sólo es un mal recuerdo y reanudas tu vida como si nada hubiera pasado. Volverás donde estás pero cuando vuelvas a lanzar un dado, repite la tirada si el resultado es de 1.
40: Tienes 43 años. Llevas 20 años siendo mecánica. Te encanta tu trabajo, además poco a poco has ido adquiriendo responsabilidades y ahora eres el brazo derecho del jefe. Es lo bueno que tienen la Pymes, cuando uno vale para el trabajo, tiene oportunidades. No ganas una fortuna, pero también haces trabajos en "B" que te aportan un extra de dinero... Además, como no fundaste nunca una familia, no tienes nadie a cargo y pudiste ahorrar algo. Tú siempre has vivido sola y no te arrepientes, aunque a veces te preguntas si la soledad no te va a pesar cuando te jubiles... Pero, quedan aún por lo menos 20 años, no quieres pensar en estas cosas por ahora. ¿Cómo te planteas el porvenir?
¿Que tal vivir en pareja? Las experiencias que tuviste no fueron muy buenas, pero tal vez, con el tiempo, estás más abierta a una relación, y tengas más criterio para elegir al hombre que te convenga..
Te gustaría invertir comprando algún apartamento en la playa y alquilarlo a turistas. Si eliges esta opcíón, tira un dado y pincha en el resultado.
Si todo te va bien por ahora, vas a seguir así. Tira un dado y pincha en el enlace correspondiente.
41. Acabas de cumplir 45 años y llevas 20 siendo ingeniera. No has tenido familia ni ataduras, lo has dado todo, al 100%, por la empresa. Has ganado bastante dinero, pero apenas tuviste tiempo para gastarlo, trabajaste muchísimo.... Viajes, proyectos, congresos, no paras. Ahora, crees que te tocaría una promoción. No hay razones para que no entres en el comité de dirección de tu empresa, para ser alta ejecutiva. A menos que en tu empresa exista un techo de cristal que impida a las mujeres ser directivas... No lo sabes aún, sólo hay una mujer en el consejo de administración, pero ella es la hija del director.
Si quieres subir en la jerarquía tira un dado:
Tal vez no quieras trabajar tanto. Sigues tal como estás, sin más responsabilidades, y en cuanto te jubiles, te involucras en una afición tuya que habías dejado de lado, actividad asociativa, artística, política... Eres una persona activa, no te imaginas jubilarte así, sin más. tira un dado:
Tal vez, con el dinero ahorrado, además de tu trabajo, quieres invertir comprando un par de apartamentos en la playa, para poder alquilarlos en verano a turistas. Si esta opción te interesa, tira un dado para saber como ha ido tu inversión
42:
Mueres de cáncer, un año y medio despúes de ser diagnosticado, a la edad de 44 años.
FIN
43: Cuando cumpliste 50, tu padre falleció y luego tu madre enfermó, una enfermedad degenerativa que la volvió parapléjica. Tu hermano vive lejos y te tocó a ti cuidar de ella. Todo los proyectos que tenías, de repente, se esfumaron, tu madre necesita atención las 24 horas. Te planteaste llevarla a una residencia, pero al final, no te parecíó ético hacerlo y encontraste un arreglo material, para hacer más leve la situación: Tu hermano te da un dinero cada mes, tú ya no tienes que pagar tu piso porque vives con tu madre y ella cobra su pensión de viudedad... Así que a nivel material, es viable. Sin embargo, te sientes bastante sacrificada. Crees que tu hermano también podía haber acogido a tu madre en su casa, a pesar de la distancia, por lo menos de vez en cuando, para dejarte vivir. En este país, el cuidado de los mayores y dependientes recae en el 90% a las mujeres y tú no eres una excepción.
15 años más tarde, tu madre muere. Tienes 65 años y aprovechas la década siguiente para disfrutar un poco de la vida. Aunque en realidad, no puedes hacer gran cosa, tu hermano ya no te pasa ninguna ayuda social, no cobras pensión, solo una subvención de los servicios sociales. Menos mal que tienes la casa de tu madre. Y también tus hijos. Ya están empezando a trabajar y no te dejarán morir de hambre. Pero para ellos también es muy difícil, el paro juvenil es una lacre en este país.
Tira un dado: con un resultado de 1, 2 o 3, tus hijos no tienen suficiente dinero para ayudarte. A los 80, vendes la casa y te mudas a una residencia. En tu último año de vida, vives una experiencia trágica: de repente, apareció el COVID 19, toda España y más allá, el mundo entero, se confinó para evitar el contagio. Las residencias de ancianos se convirtieron en el foco de la enfermedad. Si el resultado del dado fue un 1, te mueres por culpa de este virus y con un resultado de 2, lo conociste muy de cerca y perdiste muchos amigos de tu residencia. Con un 3, mueres por las mismas razones que tu madre, a la edad de 84 años, dos menos que la media de esperanza de vida para la mujeres en tu país (6 años más que los hombres), uno de los lugares del mundo en los que las personas son más longevas.
Con un resultado de 4 o +, mueres en tu casa, que también fue la casa de tus padres. En 2020, durante dos meses, vives la experiencia del Covid y del confinamiento. Menos mal que uno de tus hijos te ayuda con la compra. Te mueres unos años más tarde, sin demasiado sufrimiento, a la edad de 88 años (2 años más que la esperanza de vida media de la mujeres de tu país).
FIN
44. Bueno al final, sí que te integraste en el país... Conociste a un chico alemán muy majo, te enamoraste, casaste... Y ahora tienes a dos hermosos niños rubios binacionales.
A nivel trabajo, al final lograste prosperar, pero te costó. Menos mal que allí es mas fácil compaginar vida familiar y laboral. Estás dando clases de idioma extranjero (tu idioma materno) en un instituto. No era la profesión de tus sueños, pero te está gustando, y cobras bastante más dinero que en tu país de origen. Eres feliz en tu nuevo hogar, aunque a veces echas de menos tus raíces... En los países latinos, hace mejor clima, se come mejor y la gente es más alegre... Son tópicos, pero a menudo te das cuenta que son ciertos. En fin, aprovechas las vacaciones para volver al país. A tus hijos les encanta.
¿Cómo te planteas el futuro?
Te gustaría comprar unos apartamentos por la zona turística y playera de tu país. Alquilarlos a turistas y de vez en cuando ir allí, fuera de temporada. Y cuando te jubiles, volver a tu país. Tu marido está de acuerdo. Si te interesa esta opción tira un dado y pincha en el enlace correspondiente.
No vas a cambiar nada. Cuando te jubiles te quedará en Alemania, de todos modos tu hijos están aquí. Irás a tu país de vez en cuando, en las vacaciones. Tú, vas a disfrutar de la vida, hacer running, cuidarte...
45: Te fuiste a Alemania, pero sin diplomas y sin dominar la lengua. Encadenaste "minijobs", bastante bien pagados comparando con tu país, pero la vida es muy cara y los trabajos son eventuales. Lo bueno es que apenas hay paro. Pero al cabo de dos años, te hartas de tu situación laboral, ves que no hay ninguna manera de prosperar. Decides volver a tu país y buscar un trabajo. Ya sabes que la situación es igual o peor que aquí, pero por lo menos, estarás rodeada de familiares y de amigos de toda la vida. Cuando vuelvas a casa, todo seguirá igual, salvo que tendrás 32 años en vez de 30 y no podrás elegir la opción "migrar a Alemania".
46. Tuviste un hijo sola a los 17 pero tus padres en todo momento han estado ahí, ayudando. Tu madre sobre todo. Esta experiencia te ha vuelto más madura. A estas alturas no podrás cursar ingeniería pero puedes sacar un título de filología o mecánica, a menos que quieras trabajar cuanto antes. Decide ahora cual es tu proyecto laboral (cajera, mecánica o profesora). A partir de ahora, leyendo los párrafos, haz como si no tuvieras hijos, porque él ya será mayor cuando tengas 40-45 años, mientras muchas mujeres deberán hacer malabarismos para compaginar vida laboral y familiar. En tu país, las mujeres tienden a esperar cada vez para tener hijos, muchas incluso los tienen a partir de los 40, la media más alta del mundo. Tú eres un caso poco habitual por estos lugares del mundo.
47. Los años han pasado y no conseguiste cambiar de rumbo. Te drogas, bebes, no logras conservar los trabajos. El nexo con tus padres se ha roto, ellos están hartos de pasarte dinero y ya no quieren saber nada de ti. Te da mucha pena, pero en parte, los entiendes. Tienes la autoestima por los suelos. También fracasaste en tu vida amorosa, estuviste dos veces en pareja y no fueron buenas experiencias, dejaste a tu último novio porque se volvía violento. Tras esta relación decides rehabilitarte de verdad. Tira un dado. Si logras un 5 o un 6, te rehabilitas. Encuentras un trabajo de cajera. No gran cosa, pero algo es algo. Y además, te reconcilias con tu madre. Pero si el resultado es menor, tocaste fondo, ya no podrás volver a levantar cabeza.
48. Te casaste con este hombre, pero no fue un acierto. Los primeros años, todo fue bien, dejaste el trabajo, tuviste dos hijos, parecíais una familia feliz. Pero poco a poco las cosas fueron empeorando. Él no colaboraba en casa ni en el cuidado de los niños, a menudo salía con sus amigos y volvía borracho por la noche. Un día discutisteis, y él te insultó y te dio una bofetada. Al día siguiente, te pidió perdón y aceptaste sus disculpas... Pero por desgracia, unos meses más tarde, volvió a pegarte de nuevo. Y esta vez, sí lo denunciaste. Tira un dado para saber como transcurrirá tu separación.
49. Tu separación ha sido un auténtico infierno. Él te acosó, te amenazó, incumplió de forma sistemática la orden de alejamiento que dictaminó en su momento la jueza. Te sentiste bastante desprotegida, a pesar de todo el bombardeo mediático sobre el tema de la violencia machista en tu país, a la hora de la verdad, no hay tantos recursos. Un día, tu exmarido vino a tu casa, te mató y luego, se suicidó. Eres la víctima número 50 de la violencia machista en lo que va de año.
FIN
50. No logras compaginar tu trabajo y el cuidado de los niños. Tus padres no pueden hacerse cargo, -tu padre enfermó y tu madre lo atiende en todo momento- y si contratas a una nanny, perderás gran parte de tu sueldo. Tampoco tu marido colabora mucho en casa, pero él tiene mucho trabajo, mejor pagado que el tuyo, y tiene que aceptar todas las horas extras para mantener la familia.
Te planteas dejar de trabajar, por lo menos mientras los hijos estén pequeños.
51. El resultado del dado que acabas de lanzar corresponde al nivel de compromiso de tu pareja en las tareas del hogar y en el cuidado de los niños. Con un 3 es un desastre, con un 4 o 5, se involucra pero a veces te quejas de que haces más que él y con un 6, se puede decir que habéis logrado la igualdad en vuestro hogar. En todos los casos, logras compaginar trabajo y familia. Con algo de estrés y la ayuda de tus padres, pero lo lográis. Y como tienes suerte, te acaban de promocionar en el trabajo, ahora ganas un poco más que el sueldo mínimo pero sobre todo, tienes más seguridad en caso de reducción de plantilla. Tira un dado y pincha en el resultado correspondiente.
52. Las cosas iban bastante bien, lograste conciliar vida laboral y familiar, con la ayuda de tu madre - ¿qué sería el trabajo femenino en este país sin los abuelos?- pero también tu pareja se involucró bastante, es un gran padre. Sin embargo, un día, te das cuenta que te fue infiel con una desconocida con la que contactó por una plataforma de citas online. Lo reconoce y te pide perdón. Si decides perdonar, lanza un dado: con un resultado de 1 o 2, la situación es insostenible y acabas divorciando. Si decides no perdonar, no hace falta tirar un dado. .
53. Las cosas iban bastante bien, lograbas conciliar vida laboral y familiar, con la ayuda de tu madre - ¿qué sería el trabajo femenino en este país sin los abuelos?- pero también tu pareja se involucró bastante, es un gran padre. Sin embargo, un día, te das cuenta que cometió una infidelidad. Con una desconocida, contactada por una plataforma de citas online. Él lo reconoce y te pide perdón. Si decides perdonar, lanza un dado: con un resultado de 1 o 2, la situación es insostenible y acabas divorciando. Si decides no perdonar, no hace falta tirar un dado. .
54. Las cosas iban bastante bien, lograbas conciliar vida laboral y familiar, con la ayuda de tu madre - ¿qué sería el trabajo femenino en este país sin los abuelos?- pero también tu pareja se involucraba bastante, es un gran padre. Sin embargo, un día, te das cuenta que cometió una infidelidad. Con una desconocida, contactada por una plataforma de citas online. Él lo reconoce y te pide perdón. Si decides perdonar, lanza un dado: con un resultado de 1 o 2, la situación es insostenible y acabas divorciando. Si decides no perdonar, no hace falta tirar un dado. .
55. Pudiste divorciar sin demasiados problemas. Tu exmarido nunca más te ha vuelto a molestar. Ahora estás trabajando de cajera en un supermercado, con dos hijos a cargo y sólo el sueldo mínimo.
56. Tu marido te ha hecho la vida imposible. El divorcio tardó mucho tiempo, el peleó por cada detalle en los tribunales, y todo este proceso, que ha durado 10 años, te ha desgastado emocionalmente, y también afectó tu relación con tus hijos y con tus propios padres. Tu salud también ha empeorado, porque fumas mucho y tomas anxioliticos.
57. Buscar trabajo después de los 40 siendo mujer, no es fácil. Pero tu familia es humilde y necesitas dinero. Tira un dado: con un resultado de 1, 2, 3 y 4, no conseguirás nada interesante, pequeños apaños, limpiezas en casas particulares, pero nada sustancial que haga cambiar el rumbo de tu vida y salga vuestra familia del aprieto. Si el resultado es de 5 o 6, encontrarás algún empleo interesante,
58. Aprovechas el tiempo y tu dinero para viajar, salir, participar en asociaciones culturales. Si tenías marido, él fallece muy pronto, a los 65, de un infarto (si no, obvia esta nformación). Tú sigues activa hasta los 80, después te rompes la cadera y ya no puedes moverte tanto como querías. así que contratas a una cuidadora. Una persona encantadora que a la larga consideras como tu propia hija (a estas alturas del relato puede que tengas o no hijos, si los tienes, no los ves tanto como quisieras).
Tres años más tarde, surge de repente la pandemia del Covid 19. Pasas el confinamiento en tu gran casa de las afueras, con mucho espacio y jardín. No tienes dificultad para adaptarte a las nuevas tecnologías para comunicarte con tus seres queridos durante la cuarentena. Falleces siete años más tarde, a los 90 años, 4 más que la esperanza de vida media de las mujeres de tu país (6 años menos para los hombres), uno de los más longevos del mundo.
FIN
59. Opositas a los 40 y logras ejercer de profesora en un centro de secundaria. Eres interina durante muchos años pero, una década más tarde, te conviertes en funcionaria. No habrás cotizado bastante para tener una pensión de jubilación completa, pero en casa tenéis dos buenos sueldos y vivís de forma bastante confortable, en una casa agradable de las afueras, con jardín. Disfrutáis de la vida, salís al restaurante,viajáis al extranjero, etc.
¿Cómo te planteas la próxima década?
Quieres invertir en apartamentos en la playa, y alquilarlos a turistas, además de tu profesión habitual. Si es tu elección, tira un dado y pincha en el resultado.
No vas a cambiar nada, eres muy feliz así.
60. Invertiste en un apartamento en una zona turística playera, pensando que era una muy buena inversión, pues los sectores inmobiliarios y el turismo son actividades que van viento en popa y permiten grandes beneficios. Por desgracia, tu sueño se ha convertido en pesadilla. Justo cuando ibas a inaugurar tu nuevo negocio, llegó el coronavirus y no pudiste hacer frente a la situación. No pudiste acabar las obras del chalé y de todas maneras no había ni un solo cliente para alquilar tu apartamento. Perdiste todos tus ahorros y al final cediste el apartamento a tu banco por un precio bajísimo.
Tu marido se jubila, unos años más tarde, pero parte de la pensión va para pagar una deuda contraída en aquel entonces. No os queda mucho para vivir, pero más o menos, renunciando a pequeños extras, lo conseguis.
Tu marido muere a los 78 y ahora eres viuda. Si tuviste hijos, te ayudarán un poco y te quedarás en tu casa. Si no los tuviste, te irás a una residencia de ancianos para pasar tus últimos años y fallecerás a los 86 años (la media nacional para mujeres en tu país, 6 años más que los varons, para uno de los países más longevos del mundo)
FIN
61. Ahora, tenéis doble sueldo pero aún tenéis un poder adquisitivo modesto. Además, tú no has cotizado bastante para tener una pensión de jubilación completa. Pero tampoco te puedes quejar, tenéis lo suficiente, incluso algo ahorrado para casos excepcionales.
¿Qué vas a hacer esta próxima década?
Quieres invertir en apartamentos en la playa, y alquilarlos a turistas, además de tu profesión habitual. Si es tu elección, tira un dado y pincha en el resultado.
No vas a cambiar nada, eres muy feliz así.
62 Eras ama de casa, casada, con dos hijos pequeños, y tu vida parecía arreglada, pero de repente todo ha cambiado, porque vas a divorciar.
¿Cómo vas a rehacer tu vida? ¿Tu exmarido te pasará una pensión? Busca en esta lista cual es tu caso y tira un dado.
Tienes estudios universitarios ->
- con un resultado de 1,2 o 3 encuentras trabajo, pero no muy acorde a tu calificación
- con un resultado de 4, 5 o 6, te conviertes en profesora.
No tienes estudios universitarios->
- con un resultado de 1,2,3, vas a tener muchas dificultades, y no encontrarás trabajo estable
- con un resultado de 4 o +, puedes mas o menos salir del paso. Encuentras un trabajo como cajera en un supermercado por el sueldo mínimo y tu exmarido te pasa algo de pensión para los niños.
63. Buscar trabajo después de los 40, siendo mujer, no es fácil. Tira un dado: con un 1,2,3 y 4, no conseguirás nada interesante que te haga cambiar de rumbo de manera significativa. Si hace 4 o más, después de varios años estudiando, opositarás y empezarás a dar clases en un instituto, como profesora interina.
64. Éste es el fin. No lograrás levantar cabeza nunca. Gracias a un sueldo mínimo universal, lograrás sobrevivir. Te realojan en un estudio insalubre, en el extrarradio. Pero estás muy tocada anímicamente. Para aguantar la pena, bebes más de la cuenta o tomas anxiolíticos. Ya no te cuidas.
En la primavera del 2020, llega el estado de alarma por la pandemia del Covid 19-. El confinamiento supone para ti un momento difícil, porque coincide con una grave depresión. Desde entonces, temes salir de tu casa y poco a poco pierdes las cordura. Mueres unos años más tarde, absolutamente sola, a los 74 años de edad, 12 años antes que la esperanza media de vida de las mujeres de tu país, uno de los más longevos del mundo.
FIN
65.
Te has casado después de los 40 y fue una sabia decisión, tomada con criterio. Dos personas independientes, maduras que se juntan, se quieren y se respetan. No te arrepientes. Si quieres, puedes tener hijos (o más hijos, si ya tenías), no va a cambiar nada a tu situación ahora tenéis dos sueldos y si en algún momento viviste dificultades económicas, ya no es el caso, vivís bastante bien, sin grandes excesos, pero confortable. Trabajas hasta la edad de jubilación y después aprovechas un poco de la vida para salir, viajar, participar en asociaciones culturales de barrio. Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 80 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Tres años más tarde, surge de repente la pandemia del Covid 19. Aprendes a utilizar la nueva tecnología para comunicarte con tus familiares y amigos. Si tienes hijos y nietos, te sientes bastante arropada en tus últimos años de vida, si no, tienes bastante dinero para pagar a una asistenta. Encuentras a una gran profesional y muy buena persona, y más que una asistenta, la consideras como la hija que nunca tuviste. Falleces unos años más tarde, a los 92 años.
FIN
66. Trabajas hasta la edad de jubilación y después aprovechas el tiempo para salir, participar en asociaciones culturales de barrio. Sin embargo, a nivel económico, tienes un problema: no calculaste correctamente tu pensión, y al final el monto es inferior a lo que esperabas, sólo el 70% del sueldo mínimo, que ya es muy bajo en tu país. Y además, tu pensión pierde poder adquisitivo cada año... Estás un poco preocupada. Vendes tu casa y coges un alquiler más barato, lo que te permite ahorrar un poco de dinero, pero a los 75 enfermas y tienes gastos de salud no cubiertos al 100% por la seguridad social. Empiezas a acumular deudas, llevas varios meses sin pagar el alquiler. y amenazan con deshauciarte. Al final, logras, gracias a los servicios sociales, arreglar la situación pero estás indignada, porque trabajaste toda la vida y casi te echan a la calle como una vagabunda una vez vieja e inútil.
Justo después, llega, de repente, la pandemia del coronavirus y el estado de alarma. Menos mal que no te desahuciaron, piensas, y agradeces a todos los que lucharon por ti, para que te quedaras en tu casa. Durante la pandemia, mueren varios amigos y familiares, de tu quinta. Tu fallecerás unos años más tarde, a los 86 años, la esperanza de vida media para las mujeres en tu país, uno de los más longevos del mundo. .
FIN
67. Compraste unos apartamentos en una zona turística playera, pensando que era una muy buena inversión, pues los sectores inmobiliarios y el turismo son actividades que van viento en popa y permiten grandes beneficios. Por desgracia, tu sueño se ha convertido en una auténtica pesadilla. Justo cuando ibas a inaugurar tu nuevo negocio, llegó el coronavirus y no pudiste hacer frente a la situación. Las obras en los apartamentos se volvieron muy complicadas de realizar, los precios se dispararon y sobre todo, ya no había ni un solo cliente para alquilar tu apartamento. Perdiste todos tus ahorros y al final cediste todo a tu banco por un precio ridículo. En fin, perdisteis bastante dinero, pero por suerte, te queda lo suficiente para vivir bien, pero sin grandes excesos.
Pasas la vejez sola, (si tenías marido, él se muere de repente a los 65 años de un infarto). Aprovechas el tiempo para viajar, participar en asociaciones culturales de barrio.
A los 75 años, unos problemas de salud te impiden tener tanta actividad. Te quedas más en casa, porque tienes problemas de movilidad y vives sola. Si tenías hijos, ellos viven en otra ciudad y los ves bastante poco. Falleces a los 86 años, (esperanza de vida media para las mujeres de tu país), en tu casa.
FIN
68. Primero compraste un piso, luego otro, y los alquileres de verano funcionaron de maravilla. Además, podías irte de vacaciones a los apartamentos, fuera de temporada... Cuando cumpliste los 65, ampliaste el negocio... Y 10 años más tarde, posees 5 chalés, 10 apartamentos, y una auténtica fortuna.
A nivel económico, has tenido mucho éxito. Pincha en el enlace para conocer el final de tu vida.
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69. La inversión que hiciste comprando apartamentos resultó ser todo un éxito. Ahora, 10 años después de comprar tu primer apartamento, eres propietaria de 3 pisos y te acabas de mudar a un chalé espacioso, con jardín, en un buen barrio de la ciudad.
Tu marido se jubila y aprovechas tu tiempo y tu dinero para salir, viajar, participar en asociaciones culturales de barrio. Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 80 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Tres años más tarde, surgió de repente la pandemia del Covid 19. Aprendes a utilizar la nueva tecnología para comunicarte con tus hijos y nietos. Falleces unos años más tarde, a los 92 años
FIN
70. Si quieres, puedes tirar un dado para saber la repercusión social que tiene tu dedicación : con un 6, eres famosa a nivel nacional y con un 5, a nivel local. Puedes ser alcaldesa, artista, presidenta de alguna asociación... En el fondo poco importa el qué, y la fama es muy relativa, lo realmente importante es que tú estás viviendo una pasión y la compartes con más gente. Da igual que tengas o no familia, hijos o marido (si es el caso, el pobre hombre se muere muy pronto, a los 60 años, de un infarto), porque siempre estarás arropada.
Te mantienes activa hasta los 80 años, luego enfermas y renuncias a muchas aficiones. En marzo de 2020, de repente, llega la pandemia del covid 19. Algunos amigos de tu quinta fallecen por culpa del virus, pero tú tuviste suerte, además estás bastante bien alojada. Falleces unos años más tarde, a los 86, la esperanza de vida media de las mujeres de tu país (6 años más que los varones)
FIN
71. Después de tu jubilación aprovechas el tiempo y el dinero que tienes ahorrado para disfrutar, viajar, salir, dedicarte a la vida asociativa de tu barrio. Vas a pasar la vejez sola (si tenías marido, él se muere pronto a los 65 años, de un infarto, sin no obvia esta información), pero siempre estarás arropada, eres una persona sociable.
Te mantienes activa hasta los 80 años, luego enfermas y renuncias a muchas actividades. En marzo de 2020, de repente, llega la pandemia del covid 19. Algunos amigos de tu quinta fallecieron por culpa del virus, pero tú tuviste suerte, además estás bastante bien alojada. Falleces unos años más tarde, a los 86, la esperanza de vida media de las mujeres de tu país (6 años más que los varones)
FIN
72. No solamente no te promocionaron, sino que aprovecharon una baja tuya para sustituirte por otra ingeniera, más joven y peor pagada. Te quedaban muy pocos años para jubilarte. Tienes que pasar por el juzgado y demandar a tu empresa para conseguir el dinero que te deben. Al final ganas el juicio, pero te deja muy tocada anímicamente, la empresa por la cual dedicaste tanto tiempo se volvió en contra en el último momento y pierdes el contacto con las personas que se relacionaban con tu trabajo... Toda una vida se esfuma, de repente.
Por suerte, tienes una situación financiera buena y quedan tu marido y tu familia. Aprovecháis el tiempo de la jubilación para salir, viajar, participar en asociaciones culturales de barrio. Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 80 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Tres años más tarde, surge de repente la pandemia del Covid 19. Tú pasas tu confinamiento confortablemente, en tu casa especiosa, con jardín, de las afueras. Te sientes arropada por tu familia, tus hijos y tus nietos, en estos momentos difíciles. Falleces unos años más tarde, a los 92 años.
FIN
73. Te ha ido mal, tu negocio es una auténtica pesadilla, te has endeudado y peor aún, tus padres son tus avales y el banco les reclama, también a ellos, grandes cantidades de dinero. Tú has estado en los juzgados para defender tus derechos, pero esta situación te ha generado mucho estrés, imposible mantener una relación con alguien en estas condiciones. Al final, llegas a los 65 años y tu abogado dice que te va a tocar una pensión completa. No sabes si creerlo o no. Pincha en el enlace para saberlo.
74. Al final lograste la promoción tan esperada. Haces parte del comité directivo de tu empresa, compras acciones, inviertes... Incluso después de jubilada sigues con los negocios. A los 70 años, posees una auténtica fortuna.
Por lo tanto, a nivel económico, has tenido mucho éxito. Pero el dinero no da la felicidad. Descubre cómo vivirás tus últimos años pinchando el botón correspondiente.
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75. Te jubilas al mismo tiempo que tu marido y aprovecháis el tiempo que habéis ahorrado para salir, participar en asociaciones culturales de barrio. Tenéis muy poco dinero, solo una pensión para dos, y vuestros hijos conocen problemas financieros importantes con la crisis económica de los años 2008-2015. No pudiste ayudarles como querías y te sientes muy frustrada.
Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 80 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Una vez viuda, te das cuenta que no tienes bastante dinero, con tu pensión y empiezas a necesitar ayuda, así que vendes el piso y te mudas a una residencia de ancianos.
Tres años más tarde, surge de repente la pandemia del Covid 19. Las residencias de ancianos se convierten en un foco de contagio, los indicios de mortalidad por el virus son muy altos. tira un dado : con un 1, falleces por el covid 19, con un 2 o más, falleces unos años más tarde, a los 87.
FIN
76. No solamente no te promocionaron, sino que aprovecharon una baja tuya para sustituirte por otra ingeniera, más joven y peor pagada. Te quedaban pocos años para jubilarte. Tienes que pasar por el juzgado y demandar a tu empresa para conseguir el dinero que te deben. Al final ganas el juicio, pero te deja muy mala sensación, la empresa por la cual dedicaste tanto tiempo se volvió en contra en el último momento y pierdes el contacto con las personas que se relacionaban con tu trabajo... Toda una vida se esfuma, de repente.
Por suerte, tienes una situación financiera buena. Sin embargo te sientes bastante sola...
77. Tu marido se jubila y aprovecháis el tiempo que habéis ahorrado para salir, participar en asociaciones culturales de barrio. Tenéis muy poco dinero, solo una pensión para dos, y vuestros hijos conocen problemas financieros importantes con la crisis económica de los años 2008-2015. No puedes ayudarles como querrías y te sientes muy frustrada.
Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 80 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Una vez viuda, te das cuenta que no tienes suficente para vivir sola con tu pensión y empiezas a necesitar ayuda, así que vendes el piso y te mudas a una residencia de ancianos.
Tres años más tarde, surge de repente la pandemia del Covid 19. Las residencias de ancianos se convierten en un foco de contagio, los indicios de mortalidad por el virus son muy altos. tira un dado : con un 1, falleces por el covid 19. Si no, falleces unos años más tarde, a los 86 años(esperanza de vida media para mujeres en tu país: 86. (6 años menos para los hombres).
FIN
78 Tu marido se jubila y aprovechas tu tiempo y el dinero ahorrado para salir, viajar, participar en asociaciones culturales de barrio. Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 80 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Tres años más tarde, surge de repente la pandemia del Covid 19. Aprendes a utilizar la nueva tecnología para comunicarte con tus hijos y nietos. Falleces unos años más tarde, a los 92 años
FIN
79. Al final, perdiste la motivación y saliste del instituto con lo mínimo: el graduado de la ESO, pero nada más. Empezaste a trabajar bastante joven, pero no tenías ningún diploma y lo único que encontrabas eran trabajos eventuales: camarera, repartidora de propaganda, canguro… Seguiste viviendo en casa de tus padres hasta los 28 años, no ganabas lo suficiente para poder alquilar un piso y emanciparte. Durante años te sentiste agobiada, deprimida, con la sensación de no tener vida propia.
A los 28 años, entras de cajera en un supermercado. Un trabajo agotador por poco más del sueldo mínimo, pero por lo menos, es un trabajo fijo que te permite intentar tener una vida independiente fuera de la casa de tus padres. Ahora tienes 30 años.
80. Al final, cogiste la nacionalidad alemana y aunque aún tengas un acento mediterráneo hablando, se puede decir que te has convertido en una más aquí. Te jubilas y aprovechas para viajar a menudo a tu país pero para nada en el mundo dejarías Alemania ahora: aquí están tus hijos, pero también un estilo de vida que te conviene mejor.
Tu marido se muere bastante joven, a los 70 años, de un infarto, y tú decides quedarte en Alemania. Hiciste bien, pues 5 años más tarde surge de repente la pandemia del Covid 19. Tu ciudad natal es una de la más contagiada del mundo, y algunos amigos de tu quinta fallecen por culpa del virus. Aquí en Alemania todo ha sido más leve, en tu ciudad casi toda la gente tiene casas con jardín y hay más presupuesto para hospitales. Falleces unos años más tarde, a los 86 años de edad, (esperanza de vida media para las mujeres de tu país de origen, uno de los más longevos del mundo) rodadea de tus hijos y nietos.
FIN
81. Quisiste fundar una familia, pero te ha ido mal y tu negocio ha tenido mucho que ver en esto. Es una auténtica pesadilla, te has endeudado y peor aún, tus padres son tus avales y el banco les reclama, también a ellos, grandes cantidades de dinero. Tú has estado en los juzgados para defender tus derechos, pero esta situación te ha generado mucho estrés, imposible mantener una relación con alguien en estas condiciones. Al final, llegas a los 65 años y tu abogado dice que te va a tocar una pensión completa. No sabes si creerlo o no. Pincha en el enlace para saberlo.
82. Te has casado después de los 40 y fue una sabia decisión, tomada con criterio. Dos personas independientes, maduras que se juntan, se quieren y se respetan. No te arrepientes. Si quieres, puedes tener hijos (o más hijos, si ya tenías), no va a cambiar nada a tu situación ahora tenéis dos sueldos y vivís bastante bien, sin grandes excesos, pero con seguridad. Al final, pudiste finiquitar tu contrato de franquicia y reabrir un negocio por tu cuenta, que te ha ido bastante bien hasta la edad de la jubilación
Trabajas hasta los 65 y después aprovechas un poco de la vida para salir, viajar, participar en asociaciones culturales de barrio. Te mantienes activa hasta los 80, después, tu marido enferma y tienes que cuidar de él. Fallece unos años después, a los 86 años, la media de esperanza de vida para los varones en tu país (6 años menos que para las mujeres).
Tres años más tarde, surgió de repente la pandemia del Covid 19. Aprendiste a utilizar la nueva tecnología para comunicarte con tus familiares y amigos. Si tienes hijos y nietos, te sientes bastante arropada en tus últimos años de vida, si no, tienes bastante dinero para pagar a una asistenta. Encuentras a una gran profesional y muy buena persona, y más que una asistenta, la consideras como la hija que nunca tuviste. Falleces unos años más tarde, a los 92 años.
FIN
83. Decidiste comprar un piso sobre planos pero te ha ido bastante mal. Las obras tardaron mucho más de lo previsto, y tú mientras tanto tuviste que volver a casa de tus padres, porque no podías pagar a la vez alquiler e hipoteca. Y para colmo, compraste tu apartamento justo antes de la gran crisis del mercado inmobiliario, te costó una fortuna pero al año, ya había perdido el 25% de su valor. Esta crisis fue tremenda, pero por lo menos no perdiste tu empleo, y al final, después de unos años caóticos, pudiste por fin instalarte en tu hogar y hacer frente a la hipoteca... Una hipoteca por un periodo de 40 años...
84. Al final tu problema laboral se resolvió. Dejaste el contrato de franquicia que tenías y te instalas a tu propia cuenta. Trabajas hasta la jubilación y logras unos beneficios que te vienen muy bien de cara a la vejez.
85. Hiciste bien en no comprar un piso sobre planos... Lo hubieras pagado una fortuna cuando unos meses después, llegó una gran crisis mundial que afectó especialmente el mercado inmobiliairio. Dos años más tarde, los precios bajaron casi de mitad. aprovechas para comprar el piso que te gustaba, pero ya construído.
86. Has sobrevivido al cáncer pero has pagado un precio altísimo. Perdiste tu trabajo, perdiste tus relaciones sociales... Durante 5 años que duró tu enfermedad, estuviste sola, absolutamente sola, con lo mínimo para vivir, y a veces recurriendo a los servicios sociales cuando no llegabas a fin de mes.
87 Sobreviviste al cáncer pero pagaste un precio muy alto. Tuviste problemas con la administración, no te aceptaban las bajas por tu enfermedad, sólo unos días por cada sesión de quimioterapia cuando obviamente, necesitabas más tempo. Los problemas laborales y de salud se unieron par provocarte una gran depresión que siguió incluso después de estar por fin curada. Te alegraste el día de tu jubilación porque no estabas a gusto en el trabajo. A partir de los 65 años, vuelves a ser activa, viajas, haces vida de barrio, pero por desgracia, a los 74 años (12 menos que la esperanza de vida media para las mujeres de tu páis) falleces.
FIN
88. Sobreviviste al cáncer pero pagaste un precio altísimo. Tu marido se fue y os divorciasteis en el momento más dramático, cuando más necesitabas estar arropada. Uno de tus dos hijos ya no quiere saber nada de ti. Tu nivel de vida también ha bajado, te quedaste con la casa y tu exmarido te da una pensión, pero es poco dinero. De todos modos, el aspecto financiero te da igual. Esta enfermedad te destrozó la vida y desde entonces, has entrado en una fase de depresión que durará siempre. A los 72 años falleces, 14 años antes que la esperanza de vida media para las mujeres de tu país
FIN
89. Sola con una hija, con un trabajo duro y el sueldo mínimo... Es muy difícil, pero te agarras, no tienes más remedios. El hombre que te tiraba los tejos y te pedía el matrimonio ahora te acosa, hasta tal punto que tienes que cambiar de trabajo por su culpa. Menos mal que no llegaste a casarte con él... A los 28 años, te hacen un contrato fijo, pero nunca se sabe, siempre puede haber reestructuración de plantilla y sigues cobrando el sueldo mínimo. Pincha en este enlace, pero en las elecciones que te dan, considera que no tienes hijos pequeños a tu cargo... Es la única ventaja de tener a los hijos tan pronto, a los 30 estás más libre y disponible que la mayoría de la mujeres que tienen que compaginar el cuidado de hijos con el trabajo hasta los 45 años por lo menos, las mujeres de tu país tienen hijos cada vez más tarde.
90. Venciste el cáncer pero pagaste un precio altísimo. Lo perdiste todo, tu trabajo, tus relaciones sociales... Todo el mundo te ha dado la espalda. En toda la enfermedad estuviste absolutamente sola, para ir a las sesiones de quimioterapia, a las consultas, nadie te acompañaba... Pero eres una mujer luchadora, a pesar de tus penas, no caíste en la depresión. Entre los 50 y los 65 años, trabajas un poco, a tiempo parcial para una gestoría y cuando te jubilas, decides dedicarte a la causa del cáncer de mama y defender a otras mujeres que pasan por todo lo que pasaste. Falleces joven, a los 72 años, 14 menos que la esperanza de vida media de las mujeres de tu país.
FIN
91. Tu negocio ha ido muy bien. Primero fuiste franquiciada y no te convenía del todo, pero luego te instalaste a tu cuenta con una tienda modesta, pero que generó buenos beneficios. Sigues trabajando hasta los 65 años y luego te jubilas, con algo ahorrado. No mucho, pero nunca tuviste tanto dinero y esto te permite tener un buen colchón para tu vejez.
92. Hasta los 75 años, te dedicas a viajar, a salir, a gastar dinero, pero de repente caes por la escalera y te rompes la cadera. Te vuelves dependiente y no tienes a ningún familiar para ayudarte. No tienes problemas de dinero, así que contratas a una asistenta y recurres a clínicas privadas caras cada vez que tienes un problema de salud. Te cuidas, pero te sientes sola. La gente que conocías te dio la espalda, y estás un poco amargada.
En marzo de 2020, cuando cumplías 84 años, surgió de repente la pandemia del covid 19. Conoces a varios amigos de tu quinta que fallecieron por culpa del virus, pero tu pasaste el confinamiento tranquilamente en tu gran casa de las afueras, con mucho espacio y jardín. Mueres cinco años más tarde, a los 89, tres años más que la esperanza de vida media de las mujeres en tu país.
FIN
93. En muy poco tiempo, pierdes a tu padre y apenas dos años después, tu madre cae en la escalera y se rompe la cadera. Se tiene que quedar para siempre en una silla de ruedas y además está empezando a sufrir demencia senil. Es dependiente al 100% y necesita cuidados las 24 horas del día.
Discutes con tu hermano porque no quiere hacerse cargo. Dice que vive en otra ciudad y que vuestra madre debe absolutamente quedarse en su casa. Para ti, son excusas, y no te parece una casualidad, porque en tu páis el cuidado a los dependientes recae al 90% en las mujeres.
¿Qué vas a hacer? Si te dedicas al cuidado de tu madre, tendrás que renunciar a todos los proyectos que tenías.... La otra opción es buscar para ella una residencia de ancianos. Si tienes dinero las hay muy buenas, pero si no, no tienen muy buena fama... Si eliges la residencia, volverás al párrafo anterior. (y en párrafo anterior, si tienes que lanzar dados, obvia los resultados 1 y 2 para no volver a este párrafo).
Te dedicas a tu madre :
Buscas una residencia para tu madre y sigues con lo tuyo. En este caso volverás la párrafo anterior y obvia todos los resultados de 1 y 2 en el próximo dado: